7 de noviembre de 2011

EXPOSICIÓN

   Existe un gran número de páginas web que dan consejos y plantean el modo de exponer o hablar en público. De una de ellas he sacado una pauta con 7 pasos que se deben seguir para hacer una buena exposición:


7 pasos para preparar y ensayar un discurso
Miguel Ángel Ruiz Orbegoso

PASO 1: DEFINE CLARAMENTE TU OBJETIVO

Pregúntate: "¿Qué quiero lograr con mi discurso?"
   Una respuesta concisa a la pregunta te simplificará las cosas y te ayudará a definir claramente lo principal: tu objetivo.

PASO 2: PONLE UN TÍTULO INTERESANTE

Pregúntate: "¿Qué palabra, frase u oración comunicará la idea de manera fácil de entender o despertará curiosidad por mi discurso?"    Es mejor que tu discurso tenga un título que lo identifique claramente, para concentrar tus ideas en tu objetivo y que te sirva para armar tu argumento alrededor de una frase que te recuerde constantemente la idea central.
   Una sugerencia práctica para poner un título a tu discurso es combinar tres elementos:
      1) usar la idea central
      2) conectarla con la acción que quieres que llevar a cabo 
    3) usar los verbos en primera persona del singular (hagamos, apoyemos, trabajemos, esforcémonos).

 PASO 3: PREPARA LA CONCLUSIÓN

Pregúntate: "¿Cómo terminaré mi discurso?"    El final del discurso es para pedirle al oyente que reflexione sobre lo explicado y plantee preguntas. Tiene dos partes fundamentales:
      1) Una solicitud
      2) una motivación, ¿por qué o para qué?

PASO 4: ORDENA TUS IDEAS LÓGICAMENTE

Pregúntate: "¿Cómo ordenaré mis ideas?"    Unas ideas siempre deben ir primero, y otras después. El orden lo determina la fórmula lógica que utilices. Por ejemplo, estas son cuatro de las fórmulas más utilizadas por los oradores.
      1) De problema a solución
      2) de causas a efectos
      3) por contraste o contraposición
      4) por combinación de varios estilos de ordenamiento.

PASO 5: PREPARA LA INTRODUCCIÓN

Pregúntate: "¿Cómo les anticiparé de qué les hablaré?" (opcional)
   El orden de ideas que definiste en el cuarto paso es exactamente el mismo que te servirá para presentar un anticipo de lo que les dirás. Este anticipo es opcional y dependerá de las circunstancias así como del tiempo de que dispongas.
Pregúntate: "¿Cuáles serán mis primeras palabras?"
   Prepararás mejor tus primeras palabras después de haber dado los pasos 1 al 4, porque al quinto paso tendrás una idea más clara de lo que quieres y cómo conseguirlo. Con las primeras palabras alcanzarás el propósito de captar la atención de tus oyentes y despertar su interés en la explicación que presentarás inmediatamente después.
   Las primeras palabras causan un mayor impacto cuando se presentan en forma de ilustración, ejemplo, caso de la vida real, refrán, declaración directa o pregunta interesante.
Prepara un saludo (opcional)
   A muchas personas les parece ridículo, aburrido y absolutamente innecesario que cada orador salude al auditorio cuando un maestro de ceremonias o presidente de reunión lo hizo formalmente en nombre de todos, o cuando la reunión ya está en progreso, tal vez pienses que te sentirías mejor si antes de tus primeras palabras 1) saludas al público y 2) mencionas brevemente de qué les vas a hablar. En tal caso, sé breve. Los auditorios se aburren y distraen con más de un saludo. Cuando es innecesario, saludar se convierte en un factor de distracción nada conveniente.
   Los elementos indispensables de un saludo: Aprecio, comprensión, interés y respeto.

PASO 6: ENSÁYALO HASTA ASIMILARLO

Si puedes, ensaya con un cronómetro en mano y una grabadora
   Te sugiero seguir un sencillo régimen de ensayo de comprobada eficacia, uno que te deja tiempo para otras cosas y que, al mismo tiempo, te permite hacer un trabajo profundo y quedar muy bien con el auditorio. Ensaya cada sección por separado siguiendo estrictamente las instrucciones.
   Día 1 - Prográmate usando tu imaginación. Aparta 1 hora de la noche solo para pensar en tu objetivo y, al ir a dormir, dale vueltas en la mente. Hasta que te venza el sueño, vive de antemano en tu imaginación el objetivo cumplido exitosamente. Eso programará tu sistema automático del cerebro.  
   Día 2 - Ensaya el final del discurso. Aparta 1 hora de la noche a repetir las últimas palabras tantas veces como puedas, sin mirar papel alguno, y al acostarte, hazlo en la cama hasta que te venza el sueño. Si te da insomnio, ¡mejor! Ensayarás más veces.
  Día 3 - Ensaya el orden de ideas de tu argumento. Aparta 1 hora de la noche a ordenar tus ideas siguiendo una de las fórmulas mencionadas en el cuarto paso. Resúmelas mentalmente, luego escribe dos o tres palabras claves que te las recuerden. Evita redactar todo el discurso. Al acostarte, sigue pensando en el orden de ideas. Piensa en la segunda idea como si fuera un puente que une la primera idea a la última.Piensa en preguntas interesantes que podrías hacerle al público durante la exposición y en alguna experiencia o caso verídico que te sirva para ilustrarles el punto claramente.Dedica todo el tiempo a repetir el orden de ideas. Usa diferentes palabras cada vez. Evita repetir las mismas palabras vez tras vez. Por ejemplo, si una vez dijiste "persona", la próxima di "individuo", y la próxima "alguien", porque lo importante es memorizar ideas en vez de palabras. Al acostarte, aplica la misma técnica de darle vueltas en tu mente hasta que te venza el sueño.
  Día 4 - Ensaya el comienzo del discurso. Aparta 1 hora de la noche a escribir, palabra por palabra, el comienzo del discurso y repetirlo tantas veces como puedas, sin mirar el papel, y al acostarte, hazlo en la cama hasta que te venza el sueño. Si te da insomnio, ¡mejor! Ensayarás más.
   Día 5 - Ensáyalo todo junto. Aparta 1 hora de la noche a repetir todo el discurso desde el comienzo hasta el final tantas veces como te sea posible, sin mirar papel alguno. Mejor si puedes hacerlo de pie en una habitación oscura.   
 ¿Y los nervios?
   Aunque todo el mundo reconoce las bondades de las técnicas de relajación, en la práctica, las personas que tienen que hablar en público sienten tanta ansiedad que difícilmente consiguen relajarse realmente. Por eso prefiero sugerirte que, sin importar si sientes nervios o te sientes bien, aproveches cualquier emoción de temor o nervios, para que trabaje a tu favor, ayudándote a brillar en tu desempeño. ¿Cómo? 
Un secreto del organismo humano
   El Dr. Daniel Goleman, director de la sección científica del New York Times y ex profesor de Harvard, explica, en parte, lo que ocurre cuando la mayoría de las personas sienten miedo. La amígdala, situada en el cerebro, actúa inmediata y armónicamente con tu hipocampo, dirigiendo ciertas células que emiten unas señales neurotransmisoras por todo el organismo, especialmente hacia el sistema cardiovascular (corazón), kinestésico (muscular) y digestivo (visceral), y libera una hormona llamada dopamina, la cual agudiza nada menos que tu capacidad de prestar atención.
   Por eso, contrario a lo que la mayoría cree, lejos de perder fuerza y capacidad para la acción eficaz, cuando el ser humano siente temor, se activa su fabuloso sistema de reacción automática. Todos tus recursos físicos y mentales interconectados se preparan como un ejército para una emergencia, por si se requiere una reacción extraordinaria. Por ejemplo, tus ojos y oídos pueden rastrear inmediatamente, como un gato, y tu mente busca los pensamientos, sensaciones y emociones que necesitas, y sucede un milagro: tu memoria se reorganiza en un parpadeo y viene en tu rescate con los conocimientos y recuerdos que necesitas. Tus ideas viajan a la velocidad del rayo por miles de hilos conductores en el cerebro. Tus intestinos, hombros, cuello y cuerdas vocales reciben el impacto de la tensión, y tu corazón acelera sus latidos enviando más sangre y oxígeno a los músculos. Tu mente se pone como una locomotora que funciona a toda máquina, pensando en los riesgos y las opciones que tienes.
   En otras palabras, cuando estás bajo tensión tu máquina bioquímica puede funcionar en todo su potencial. Por eso es tan importante que te pongas en positivo en vez de ocupar el canal unidireccional de tu mente con pensamientos negativos. Lógicamente, de ninguna manera estoy recomendándote que te pongas en tensión. Lo ideal es la relajación. El problema es que, ante la dificultad de relajarte completamente, es mejor tener un As bajo la manga: tus reacciones bioquímicas naturales activadas por el temor, que, aunque parezca mentira, pueden añadirte energía para una acción eficaz cuando tengas que hablar en público con elocuencia y persuasión.

PASO 7: REDÁCTALO

   Es el último paso en la preparación del discurso, porque es más fácil ponerlas detalladamente por escrito después de tener las ideas claras y ensayadas. Si lo haces al revés, llenarás varios cestos de papeles y seguirás estancándote en los primeros párrafos. El régimen de ensayo paso a paso que te sugiero está diseñado para poder hablar sin papel. Lo que practico es lo que enseño. Jamás he enseñado una teoría que sea inaplicable.
   Además, te conviene tener un archivo de tus discursos, ya sea para seguir haciéndole mejoras hasta el último momento, para leerlo palabra por palabra, para repartir copias, para preparar separatas, para publicarlos individualmente o compilarlos en un libro, para entregarlos al periodismo, para que las generaciones familiares venideras te conozcan.
   Salvo que alguna norma o algún problema de salud te lo exija, es mejor hablar sin leer. La presentación extemporánea, es decir, exponer a partir de un bosquejo mental de tus ideas, sin leer palabra por palabra, es conveniente por varias razones:
      1) Puedes adaptarte a las circunstancias si surge un imprevisto.
      2) La idea permanecerá intacta aunque añadas o quites algunas cosas.
      3) Si olvidas alguna porción, es probable que nadie se dé cuenta.
      4) Tus expresiones transmitirán naturalidad.
      5) El auditorio te respetará más.
      6) Persuadirás con más facilidad.

 IMPORTANTE:

Escríbe el discurso personalmente
   Es mejor que cada persona hable con su propia boca, con sus propias cualidades e incorrecciones.
   Usa un lápiz y papel, o una máquina de escribir u ordenador, escribe personalmente tu discurso, desarrollándolo poco a poco, línea por línea. Algunos exponen su discurso en voz alta y los graban, para entregar el material a alguien que lo convierta en un texto mecanografiado.

Naturalidad
   Aunque nadie negaría que el lenguaje y la gramática son importantes, es más importante ser una persona genuina, con todos sus defectos. Hablar con palabras sencillas jamás te meterá en dificultades.

Desarrolla tu bosquejo 
   Ya sea para redactar tu discurso personalmente o grabarlo en voz alta para que alguien te lo mecanografíe, ten a mano el bosquejo de ideas y desarróllalo palabra por palabra.
Ten en cuenta que 5 segundos, hablando a una velocidad normal, equivalen a una línea de texto mecanografiado en formato normal de 12 puntos en Word aproximadamente, y que cada minuto equivale a 12 líneas de texto aproximadamente.
   Para exponer en público, ya sea hablando extemporáneamente a partir de un bosquejo o leyendo todo el discurso en voz alta, te sugiero usar párrafos cortos. Numéralos. Los párrafos extensos y sin numerar son más difíciles de visualizar. Los recuadros ayudan a los ojos a visualizar una porción clave más rápidamente. 

Manejo del lenguaje
 
   Todo idioma tiene sus reglas. Pero hay reglas que pueden ser flexibles. Por ejemplo, los poetas se toman lo que se conoce como 'licencia poética' para violar algunas reglas y destacar cierta expresión.
   A pesar de que tal vez consideres que tienes algunas limitaciones, siéntate y comienza a escribir tu discurso sin preocuparte demasiado de cuántos "que" uses en la misma línea, cuántas "comas" necesita cierta oración, o cuándo cambiar de párrafo. Los que están obligados a seguir las normas gramaticales son aquellos que dicen que las dominan.



   Estas pautas yo diría que resuelven la mayoría de las dudas y problemas con los que nos podemos encontrar a la hora de exponer un trabajo. 


   En otras ocasiones había buscado trucos para mejorar mis exposiciones e intentar reducir la situación de estress y nervios que vivo cada vez que hablo en público, que aumenta en caso de no conecer a mis oyentes. Pero a la hora de la verdad aún aplicando esos trucos me entra de todo por el cuerpo, y mi cerebro se aclera. Después de leer este artículo tengo mas claro el porque.

   Para futuras exposiciones voy a seguir estas pautas a ver si consigo relajarme un poco y mejoran mis resultados.

No hay comentarios:

Publicar un comentario